Carta I

Carta:

No se como hablarte de lo que siento... ni siquiera se si sentirme mal; ya sabía a lo que venía. Creo que me hice ilusiones. Si. Ilusiones, y falsas.
No sé cuando me rebajarán la condena mi cielo. No sé cuando voy a poder superarlo. Intento esforzarme, y me esfuerzo. Itento comprenderlo, y lo comprendo; intento conseguirlo, y lo consigo. Pero no quieren comprenderlo. Mi tiempo y mi suerte, no quieren entenderlo. Y por eso estoy así. Abatida, como un pájaro enjaulado; triste, porque no puedo asomar mi cabeza entre los diminutos barrotes; melancólica, porque hecho de menos aquellos tiempos en los que utilizaba mi mente para volar por donde ahora no puedo...
Pero, mi vida, aún hay algo peor, y creo que has de saberlo. Tengo cancer de corazon roto, y creo que se extiende, como las estelas de los cometas. Afecta a mis allegados, por lo que debo marchar, arrancarme el corazón y arrojarlo a la mar... Ya no podré sentir jamás, lo que debo anhelar, y evitar así más crueldad. Nunca más.
Mi estrella, tú me iluminas. No me pidas que vuelva porque de adonde voy no hay regreso posible. Perdóname, pero no quiero contagiarte. Mi tristeza es solo mía y ahora mas que nunca. Espero que no salpiquen las gotas de mar cuando lo ahogue. Espero que el cielo no empiece a llorar de nuevo. Espero que tú, siempre, me recuerdes; porque así seguiré viva, por siempre jamás. Te adoro... y te amo.

Para la eternidad en mi alma,

la que se salvará de esta purga.